dilluns, 26 de novembre del 2012

Críticas excelentes, alternativas insuficientes



Hace unos meses Steve Coffman, publicó un interesante artículo bajo el título The Decline andFall of the Library Empireen la revista Searcher 20(12)3. Lo resumieron y comentaron Nieves GonzálezDecadencia y muerte del imperio bibliotecario, Jesús Tramullas, Gibbon y la caída del imperiobibliotecario, y yo mismo, Que somien els bibliotecaris enbiblioteques electròniques?

Coffman estuvo en Barcelona y Madrid la semana pasada y yo pude escucharlo en la Facultad de Biblioteconomía y Documentación de la UB en una conferencia que probablemente no difirió de las otras que dio en España. El mensaje de la interesante conferencia era que, en el entorno digital, a las bibliotecas les han salido competidores que están haciendo y harán lo mismo que las bibliotecas pero con menor coste y más rápidamente que las bibliotecas. Analizó cuatro alternativas que las bibliotecas han considerado en este entorno: ofrecer espacios, ser creadores de comunidades, hacer de editores y facilitar la creación de conocimiento. Rechazó las cuatro por tener poco futuro y animó a las bibliotecas a concentrarse en su rol tradicional de creadores y mantenedores de colecciones impresas. A su entender, esto las bibliotecas tienen que hacerlo cambiando su forma de operar; deben reducir costes de funcionamiento e invertir estos ahorros en la compra de más contenido, es decir, libros impresos.

Comparto en buena parte las críticas de Coffman a la manera de operar de las bibliotecas. Diversos autores han mostrado que el entorno tecnológico supone un cambio profundo en los procesos tal como tradicionalmente los hemos concebido y realizado las bibliotecas. Coffman sugiere que hay dos formas de disminuir los costes operativos actuales: externalizar procesos en empresas comerciales y centralizar servicios y bibliotecas.

Hay dos autores de los que intento no perderme lo que dicen: Lorcan Dempsey y David W. Lewis. Los dos no sólo sugieren cambios en lo que hacen las bibliotecas sino en como lo hacen. Recomiendo el artículo de David W. Lewis, “A strategy for academic libraries in the first quarter of the 21st century” (College & Research Libraries, 68(07)5, 418-434, con traducción catalana)

La idea de Lewis es simple, las bibliotecas orientarnos a lo digital y para ello sacer recursos de los que tenemos ahora y estamos aplicando a lo impreso. La estrategia de Lewis se compone de cinco elementos: completar el paso de colecciones impresas a colecciones en formato electrónico; retirar colecciones patrimoniales impresas a almacenes de documentos de bajo uso; redistribuir el espacio de la biblioteca; modificar lo orientación de los instrumentos, los recursos y los conocimientos técnicos de la biblioteca; y, trasladar el foco de las colecciones de la compra de fondos a la gestión del contenido.

Lorcan Dempsey estuvo en España un par de veces el año pasado y dio dos conferencias de contenido parecido en el congreso de LIBER y en la asamblea de Rebiun. Tengo mis notas de la conferencia del LIBER que se tituló “The university Library: reconfiguring organizational boundaries in a network environment”. Del pensamiento actual de Dempsey yo destaco tres aspectos. El primero que debemos estar en la red y que para ello tenemos que agruparnos; la red es un universo de planetas que atraen usuarios en proporción a su fuerza de gravedad. Las bibliotecas no agrupadas son una constelación de satélites sin fuerza de gravedad suficiente para atraer a usuarios a sus servicios; agrupadas pueden llegar a tener el peso equivalente al que tienen hoy Amazon, Google o la Wikipedia. El segundo, las bibliotecas deben rebajar los costes bajo los cuales operan (la misma idea que Coffman) y para ello apuesta por lo que está haciendo OCLC de estar construyendo un sistema de gestión (WorldShare) que debería permitir este ahorro de costes. El tercero, que las bibliotecas son una entidad multi-institucional es decir, que los servicios que ofrecen son no solo los que pueden construir cada una de ellas sino los que son capaces de construir en cooperación.

Si las críticas que hace Coffman a como funciona las bibliotecas me parecen oportunas y excelentes, las alternativas que ofrece (en su artículo o en la conferencia citada) las considero insuficientes. Tuve el placer de participar en la Jornada "BIBLIOTECAS 2029" que se celebró en Jumilla los pasados 21, 22 y 23 de Septiembre. La jornada nos enriqueció a todos los que participamos en ella. A mi me ‘obligó’ a reflexionar sobre las posibles funciones de las bibliotecas en este contexto de cambios disruprivos.

Creo que el paradigma actual viene menos caracterizado por el paso de lo impreso a lo digital que por el paso de una información escasa y de difícil acceso a una información abundante de fácil acceso. Las bibliotecas han sido útiles a la sociedad por haberle ofrecido un acceso no fácil de obtener a la  información, información que ha ganado en valor a lo largo de los dos siglos pasados. El valor de la información ha continuado aumentando, pero las dificultades de acceder a la misma no han hecho sino disminuir. En este entorno, lo sustancial ya no es (usando la distinción de Michael Buckland) fijarse solamente en la información como objeto sino ampliar nuestros roles hacia la información como proceso.

La información como objeto continuará mereciendo nuestra atención ya que un acceso igualitario a la información requiere que alguien la subsidie y se ocupe de la que no es comercial. Pero la información como proceso debe atraer todos nuestros esfuerzos. En el Siglo XXI adquirir información será crucial para los ciudadanos y este proceso puede estar acompañado o no de ayuda. 

El acceso a la información (objeto) en el Siglo XIX y XX estuvo acompañado y facilitado por las bibliotecas. El proceso de adquirir/incorporar información en el Siglo XXI puede ser dejado a la iniciativa individual (y triunfará un liberalismo desigualitario) o ser acompañado y facilitado por las bibliotecas y conseguir así (o intentarlo) una sociedad igualitaria con respecto las posibilidades que la información proporciona para los desarrollos humanos, sociales y profesionales de las personas.



4 comentaris:

ciro ha dit...

Gràcies Lluís, com sempre, per l'anàlisi brillant.

A mi Coffman (en lectura o en persona) em va agradar perquè és provocador, i t'obliga a reflexionar sobre el present i futur de les biblioteques, compartint o no la seva aposta (insuficient).

De fet, encara recordo que el meu admirat Conseller Tresserras es referia a les biblioteques, sovint, com les "catedrals" necessàries per poder-se concentrar en un món sorollós. Tot i diferir en la forma (catedrals = accés al cultura?;-) la reflexió és molt similar a la de Coffman, i com tu, no estic segur de compartir-la.

Dit això, sí tenen raó en el que podem somniar de les biblioteques: un lloc fiable (com ho són els bibliotecaris, si no es corromp el sistema públic), que garanteixi l'accés al coneixement sense distincions (Unesco, IFLA, etc.), i que siguin capaces de tenir una actitud positiva (o almenys receptiva) davant dels canvis.

H. ha dit...

Estuve siguiendo la conferencia via Twitter y pude hacer un resumen de los comentarios de los asistentes, en Storify http://storify.com/ehonorio/steve-coffman

Respecto a la entrevista que mantuve con él al día siguiente en SEDIC, espero poder publicarla en breve.

¡Gracias!

xavigarsa ha dit...

Hola Lluís,
No vaig tenir l’oportunitat d’assistir a la conferència de Coffman, però l’he pogut llegir i comparteixo alguns punts de vista amb La crítica que li fas. Un de positiu, és la capacitat que té per sacsejar-nos per tal d’obligar-nos a reaccionar, és a dir, de “posar-nos les piles”. Ara bé, un cop dit això, no entenc com després de fer una reflexió lúcida de la realitat la resposta sigui tan “feble”. En aquest sentit no comparteixo la fórmula que proposa en la qual la Biblioteca s’ha de centrar en el llibre imprès. Les biblioteques ja hi eren abans del llibre en paper, aquest suport és un més dintre d’una successió diversa de suports que la Biblioteca ha gestionat: tauletes, pergamins, papirs, llibres en paper... Encara, avui, quan anem a la Biblioteca trobem diferents suports convivint alhora: electrònics, digitals, paper, etc. En una societat competitiva l’adaptació pot produir-se a través de l’especialització (Coffman) o a través de la diversificació.
Però és que, a més a més, hi trobo encara una altra pega de caire ètic, de servei públic. La Biblioteca, com a servei púbic, ha de respondre les necessitats informatives, de lleure i coneixement dels ciutadans i, en aquest sentit, centrar-se exclusivament en un tipus de suport, significaria deixar de banda les necessitats d’altres sectors de la ciutadania (de la comunitat), cosa que no es pot justificar des del punt de vista del sector públic i, segurament tampoc, des de la perspectiva de l’optimització de recursos (és a dir, econòmics)

Lluís Anglada ha dit...

Coincideixo amb les apreciacions de X. Les biblioteques han de canviar la seva manera d'operar, però cal ser curosos en que les alternatives no sigui la liberalització de les biblioteques. Evitar els arguments tipus: com que no són eficaces, val més suprimir-les i el seu cost distribuir-lo entre tothom amb xecs per a comprar llibres.