diumenge, 31 de gener del 2010

Bibliotecas: lo +plus del 2009 (información)

Tercera (de 4) entrega de la aportación Bibliotecas: un enfermo con una mala salud de hierro que se publicará próximamente en el Anuario ThinkEPI.

La información, cada vez más digital

Sin duda es fácil designar el libro electrónico como el protagonista del año en el dominio de la información. Google continua la carrera de digitalizar libros exentos de derechos. Lo hace cada vez más en solitario (Microsof canceló en 2008 una iniciativa paralela) y jugando en campo contrario. Este agosto sus competidores (Microsoft, Amazon y Yahoo!) denunciaron el acuerdo al que había llegado con la asociación de editores norte-americana para la digitalización de obras huérfanas. Europa se ha mostrado contraria también a la validez de este acuerdo.

Al mismo tiempo, los libros de Google Books ya son accesibles al público. Entre ellos los procedentes de las bibliotecas españolas participantes en el proyecto. Los primeros libros digitalizados de la biblioteca de la Universidad Complutense y de la Biblioteca de Catalunya ya son consultables y accesibles desde la plataforma de Google o los catálogos de las respectivas bibliotecas.

A finales del 2009 los medios de comunicación anunciaban que el 2009 sería el año del libro electrónico. A nivel internacional, los grandes editores están entrando en el mercado de forma gradual y prudente. Y las bibliotecas hacen otro tanto. En éstas, la compra de revistas solo ha pasado a ser digital de forma mayoritaria cuando el hecho se ha normalizado, a partir de claras ventajas asociadas (compras consorciadas) y teniendo ciertas garantías o seguridad sobre el uso futuro de lo que hoy se compra en electrónico. Con el libro debería pasar una cosa parecida.

La bibliotecas estadounidenses participantes en el Google Books han puesto en funcionamiento el repositorio HathiTrust que es accesible en versión beta desde abril del 2009. La principal intención de este repositorio cooperativo es garantizar el acceso futuro de los contenidos digitales de las bibliotecas participantes y de forma muy especial de los digitalizados con Google. Y, si los libros de las bibliotecas están cada vez más en digital, ¿qué haremos de las copias impresas que tenemos? Guardarlas todas no, pero descartarlas todas tampoco. La creación de almacenes cooperativos para la conservación de libros y revistas no es una novedad en el ámbito internacional pero si en España. El 9 de octubre del 2009, el Consorci de Biblioteques Universitàries de Catalunya inauguró el suyo que lleva el nombre de GEPA y que quiere ser una garantía de espacio para la preservación y el acceso de las colecciones impresas de bajo uso en las bibliotecas. Los esfuerzos de las bibliotecas podrían así pasar a centrarse en la mejora del acceso de las colecciones especiales que conservan.

2009 ha sido el año de la puesta en funcionamiento de Europeana. Su gestación ha sido larga. Europeana forma parte de la Iniciativa i2010 Sociedad de la Información de la Comisión Europea que tienen por objetivo fomentar el crecimiento y el empleo en la sociedad de la información. Nació por un impulso francés y con cierta intención de ser la alternativa europea a Google Libros, pero ha terminado siendo un portal federado que pretende recoger las noticias de todos los documentos digitales en las bibliotecas europeas y dar acceso al documento digital. Gracias a los avanzados esfuerzos de la Biblioteca Virtual Cervantes y a los de otras bibliotecas, la presencia española en Europeana no es de ninguna manera testimonial. La digitalización de colecciones de bibliotecas en España esto está siendo incentivada y bien dirigida por las ayudas concedidas por la Comisión Española sobre la Digitalización y la Accesibilidad en Línea del Material Cultural y la Conservación Digital.

La crisis económica impactó a las bibliotecas quizá más en el extranjero que en nuestro país (donde sentiremos su dimensión este año). En una declaración fechada el 19 de enero del 2009, el ICOLC (International Coalition of Library Consortia) advertía de que la crisis afectaría los presupuestos de las bibliotecas con recortes importantes que se sentirían no solo el 2009 sino en los años venideros. Hacía una llamada de atención a los editores de información para encontrar, conjuntamente con las bibliotecas, soluciones flexibles que les permitieran superar este momento de desinversión sin demasiadas perdidas de contenido.

Durante los primeros años de las compras consorciadas se habló a menudo de sostenibilidad de los ‘Big deal’. Pasaron los primeros años de los acuerdos de compras y estos han podido ir renovándose con una contención de precios notables con respecto los incrementos de las revistas en papel en los años 70, 80 y 90. Las compras conjuntas de información, a mi entender, han sido uno de los cinco elementos clave de los pasados años en bibliotecas por el incremento efectivo de información disponible que han supuesto. Parece pues razonable que los consorcios y las bibliotecas que los integran se movilicen para efectuar un retirada ordenada ya que las cancelaciones desordenadas o caóticas conducirían a una pérdida substancial de la información disponible en las bibliotecas.

dimecres, 27 de gener del 2010

Bibliotecas: lo +plus del 2009 (tecnología)

Esta es la 2ª (de 4) entrega de la aportación Bibliotecas: un enfermo con una mala salud de hierro que se publicará próximamente en el Anuario ThinkEPI.

Aprovecho para publicitar el Boletín de la Sociedad de la Información que publica Fundación Telefónica. El boletín 242 (de 27.01.10) publica diversos artículos sobre tendencias del año (pasado):

2009, tecnología para olvidar el buscar y ayudarnos en el descubrir

La tecnología que por excelencia se asocia a las bibliotecas es la de los sistemas de gestión integrada (ILS). Su existencia permitió la automatización de las bibliotecas en unas fechas en las que los ordenadores no se encontraban con facilidad en la vida cotidiana. Los OPACs en los años 80 y su adaptación muy rápida a los protocolos de Internet en los inicios de los 90 situaron a las bibliotecas en la vanguardia de lo que ahora es habitual: poner servicios y contenidos en la red.

No es que haya pasado nada determinante en el 2009 en este ámbito, pero sí que ha ido cuajando la idea de que los sistemas tradicionales se han quedado atrás con respecto los avances de Internet y de que se requieren unos catálogos ‘de nueva generación’.

Agotadas (al parecer) las empresas tradicionales del mercado del software de sistemas de gestión integrada, las esperanzas de renovación podrían provenir de nuevos agentes que entraran en el mercado o de desarrollos de programas en código libre. En los dos ámbitos se ha avanzado pero quizá lo más novedoso del 2009 haya sido la consolidación del Proyecto OLE (Open Library Environment). El OLE tiene por objetivo definir un entorno tecnológico de nueva generación basado en un nuevo concepto de biblioteca que aproveche las nuevas posibilidades, que de satisfacción a nuevas necesidades y que esté conectado a los sistemas tecnológicos de su entorno. Con fecha de 26 de julio se hizo público el borrador del informe final del proyecto. En este ámbito debemos destacar también el anuncio de la entrada de OCLC en el mercado de la automatización de bibliotecas a partir de una ampliación de funciones de WorldCat local.

Los nuevos desarrollos de los catálogos de nueva generación se agruparían en: mejoras en la búsqueda, facilidades web 2.0 y enriquecimiento de contenido de los registros. Ha sido un hecho destacado del año el desarrollo y la promesa de los llamados descubridores o estos nuevos instrumentos que nos permiten mejorar las búsquedas seleccionando las noticias a partir de facetas e incluir en las mismas no sólo los documentos del catálogo tradicional sino, además, los de otras bases de datos como, por ejemplo, repositorios institucionales. Algunos (como Aquabrowser, Encore o WorldCat Local) llevan cierto tiempo en el mercado, otros (como Primo o Summon) son desarrollos recientes. En todos los casos son soluciones tecnológicas a dos necesidades. La primera, de los usuarios a los que ya no les bastan los mecanismos tradicionales de búsqueda y hasta los que ha llegado el efecto de la Googelización (hacerlo sencillo). La segunda, de las bibliotecas que hasta ahora en sus catálogos han incluido básicamente libros o títulos de revistas pero no artículos de las mismas o documentos de sus colecciones especiales. Unos 840 instrumentos de descubrimiento como los mencionados estarán ya instalados en bibliotecas norte.-americanas según Library technology guides.

Los descubridores permiten que las bibliotecas den el salto de magnitud que ha dado WorldCat de OCLC, que en poco tiempo ha pasado de reseñar unos 40 millones de documentos hasta casi 140 millones justamente por la inclusión de documentos mencionada. En esta línea ha creado mucha expectación el nuevo producto de Serial Solutions, Summon. Este no se situaría en el ámbito del resto de descubridores sino que permitiría la búsqueda conjunta (a nivel del texto completo del artículo) de todas las revistas suscritas por una biblioteca.

Una novedad derivada de los avances tecnológicos y de la exuberancia de la información digital seria el cambio en las expectativas de los usuarios. En el paradigma de lo impresos se daba por hecho que encontrar la información precisa requería esfuerzo y la mediación de la biblioteca. En el paradigma de lo digital, el usuario no entiende de restricciones. Por una parte se quiere todo y ahora, y, por otra, hay una fuerte tendencia a aceptar lo que se presenta de forma inmediata (en la primera página de una búsqueda a Google, por ejemplo). Los resultados ‘suficientemente buenos’ obtenidos con facilidad son mejores que los muy buenos obtenidos con más esfuerzo y tiempo. Los servicios bibliotecarios deben tener en cuenta este cambio de orientación para el diseño de sus servicios.

En el balance, valoraría negativamente los avances insuficientes en normativa de catalogación. Las normas más usadas actualmente –las AACR2- han recibido desde hace tiempo criticas severas por su excesiva adhesión a una catalogación sobre fichas que la realidad ha superado. Los caminos iniciados en este siglo por la comunidad catalogadora parecían prometedores. Si uno examina los conceptos básicos de los Virtual International Authority File (VIAF), Functional Requirements for Bibliographic Information (FRBR) o Resource Description and Access (RDA) queda gratamente sorprendido de la claridad de ideas que manifiestan. Pero 2009 no ha sido el año de aplicación de estos nuevos códigos catalográficos.

Los catálogos son útiles, pero no a cualquier precio. La utilidad deriva de la evolución en paralelo con las necesidades de quien los usa. Las bibliotecas, usuarias confeccionadoras de catálogos, necesitan que la eficiencia de los catálogos mejore. Necesitan que las normas que se usen hagan que la catalogación sea más barata. Las personas, usuarias buscadoras de catálogos, necesitan que la eficacia de los catálogos mejore. Necesitan que las normas que se usen hagan que los catálogos les ahorren tiempo y quebraderos de cabeza.

dilluns, 25 de gener del 2010

ThinkEPI

ThinkEPI es una de las muchas iniciativas que la profesión debe a ese activista de la biblioteconomía y la documentación que es Tomàs Baiget.

ThinkEPI tiene por objetivo “contribuir a dinamizar la comunidad de dibliotecarios, documentalistas y expertos en información, en lengua española, así como a intentar que estos profesionales que "añaden valor a la información" sean más visibles ante la sociedad”.

Con una periodicidad más o menos semanal, ThinkEPI publica notas en las que destacados especialistas nos ponen al día sobre aspectos determinados de la profesión. Las notas se recopilan, revisan y actualizan y dan lugar al Anuario Thinkepi

Para el próximo (que tienen prevista su aparición en febrero). El grupo ThinkEPI ha pedido a diferentes personas un resumen del año 2009. A mi me lo pidieron para bibliotecas y he hecho mi aportación bajo el título “Bibliotecas: un enfermo con una mala salud de hierro”.

Decía yo allí que de la longevidad de las bibliotecas deberíamos deducir su capacidad de adaptación. A pesar de ello, en el imaginario popular, la imagen de la biblioteca se identifica con un fluir del tiempo más lento que el que tienen lugar en el mundo. Y quizá sea así, porqué los cambios que viven se fraguan a fuego lento.

Decía que quizá para observar los cambios que viven los módulos de tres o de cinco años sean más adecuados que los de uno. Pero, además, de bibliotecas hay muchas, de muchos tipos y en muchos lugares e intentar determinar elementos comunes de su evolución puede ser difícil sino imposible.

A pesar de ello me atreví a hacer la crónica de lo más importante que puede haber sucedido a las bibliotecas en este breve lapso de tiempo que ha sido el año 2009. Los editores de ThinkEPI me permiten publicar mi aportación es este blog y lo haré en 4 entregas de las cuales esta es la primera.

Bibliotecas: retos para el 2010

Las bibliotecas tienen, desde hace muchos años, una mala salud que se está demostrando ser de hierro. Resisten los periódicos anuncios de su marginalización o extinción y lo hacen adaptando constantemente sus funciones, servicios y edificios a las nuevas necesidades surgidas de su entorno. La adaptabilidad será pues (continuará siendo) su principal reto para el futuro próximo y no tan próximo. Tres pueden ser las claves para su longevidad.

En primer lugar y de forma evidente, la incorporación de la información electrónica y de servicios digitales al día a día de la biblioteca. Los casos de prácticas ejemplares que pueden citarse no bastan para aceptar la situación como óptima. De la misma forma que la información impresa ha sido tradicionalmente pobre en las bibliotecas españolas, continúa siéndolo en formato electrónico. La digitalización de colecciones es una orientación importante a la que debe sumarse la inversión en la compra de información (impresa y electrónica). Las bibliotecas pueden ejercer su función si ofrecen a sus usuarios un amplio abanico de recursos donde elegir, recursos por cierto que tendremos que acostumbrarnos a que sean en inglés.

En segundo lugar, las bibliotecas han sacado parte de su fuerza en la capacidad de adaptación organizacional. La asociación en redes o consorcios ahorra costes, genera sinergias y permite crear servicios de nuevo cuño. Aprovechar la catalogación hecha por los demás es un ahorro, usar un mismo programa permite usar aplicaciones hechas por otros y la cooperación permite un servicio de referencia virtual que no podríamos tener con nuestros propios medios. Son ejemplos que no deberían limitarse a las bibliotecas. Estas, juntamente con archivos y museos deben constituir una alianza del sector que conserva y difunde cultura.

En tercer lugar y quizá como reto principal: las bibliotecas deben ser capaces de demostrar que contribuyen al desarrollo social y conseguir así los recursos que necesitan para expandirse especialmente a nivel municipal y escolar. Las medidas de preparación para la sociedad de la información ponen el acento en la tecnología y obvian las necesarias capacidades para usarla. No me refiero a las capacidades tecnológicas y sí a las informacionales ya que, en definitiva, es información lo que circula en la red. La capacidad que tengan los ciudadanos de acceder a la información, de evaluarla y usarla determinará su capacidad para desarrollarse plenamente como personas, de adaptarse laboralmente a un entorno cambiante y de contribuir con conocimiento y riqueza a la sociedad que les rodea.

Hacerlo en un panorama de crisis como el que nos espera para el 2010 y siguientes requerirá lo mejor de nosotros mismos. La demostrada mala salud de hierro de las bibliotecas para sobrellevar enfermedades pasadas debería ayudarnos a conseguirlo.

dilluns, 18 de gener del 2010

Hacer bastante más con más o menos lo mismo: las bibliotecas de los EUA de 1999 a 2009

‘How many’, parecer que preguntan los norte-americanos ante cualquier cosa. Esto parece superficial desde una cultura que prefiere la esencia a la cantidad, pero tan cierto es que el dato sin el contexto es insípido como que la opinión sin sustento empírico me parece propio de conversaciones de café.

Lo dicho para animar a la lectura de The Condition of U.S, Libraries: Trends, 1999-2009
informe de la American Library Association (ALA), firmado por Denise M. Davis, directora de la oficina de investigación y estadísticas de la mencionada asociación..

El informe muestra que las bibliotecas de todo tipo están viendo las orejas del lobo de la crisis en un panorama de incremento de usos. El informe nos da datos de la década 1999-09 (de los que se pueden deducir tendencias) para bibliotecas públicas, escolares y universitarias y también de consorcios. Mi resumen sería: se está haciendo bastante más con más o menos lo mismo

El informe se centra en el número de bibliotecas y población servida, gasto, personal y uso de servicios. Doy a continuación algunos datos y tendencias que me parecen destacables.

Bibliotecas públicas, entre 2002 y 2007
  • se crearon 80 puntos de servicio nuevos y la población servida creció en un 4,1% (sólo un 2,6% de la población de los EUA no estaría atendida por ninguna biblioteca)
  • las visitas a la biblioteca por persona pasaron de las 4,5 a las 4,9 (para comparar, decir que fueron de casi 3 en las de la provincia de Barcelona)
  • los préstamos por persona pasaron de los 6,8 a los 7,4 (decir que en la provincia de Barcelona los préstamos por persona en 2008 fueron de 2,2)
  • se muestran importantes incrementos de bibliotecas con servicios de ayuda al ciudadano para usar servicios electrónicos de la administración
  • un 90% tienen bases de datos contratadas y algo más del 50% libros e-
  • en 2009, un 76,4% ofrecían red de Internet sin cables

Bibliotecas escolares, entre 1999 y 2007
  • Incremento del 6,2% de bibliotecas escolares (debido al incremento de la población escolar)
  • Incremento del préstamo del 9,5%

Bibliotecas universitarias, entre 2002 y 2008
  • El censo reporta 259 bibliotecas nuevas (un 6,8%) debido, en parte, a haber tenido más respuestas del sector
  • Una disminución del 1,5% en personal total (el resultado parcial para los bibliotecarios ‘de carrera’ es un incremento del 5,4)
  • Descenso del préstamo ‘normal’ (del 36%) y de las transacciones de referencia (un 39%); incremento del interbibliotecario, de las visitas a la biblioteca (un 16,5%) y de los servicios de formación (un 11,17%)

Quizá lo más importante
  • Un 74% de los norte-americanos creen que la biblioteca pública mejora la calidad de vida en su comunidad y que, al proporcionar acceso libre a recursos de información, proporciona a su vez igualdad de oportunidades al individuo
  • Un 97% cree que los programas de biblioteca escolar son una parte esencial de la experiencia educativa
  • Un 95% creen que las bibliotecas universitarias son esenciales para la comunidad académica.
¿Y sobre redes, cooperativas y consorcios? Pues que les reconocen el papel fundamental que tienen para las bibliotecas. A mi entender, esto no esta siendo reconocido en España en lo que debiera. Las redes y los consorcios hoy son partes esenciales del panorama. No son partes sustanciales (ya que no prestan servicios directos), pero si indicativas del grado de madurez del sistema y de sus niveles de eficacia y eficiencia. Decir que el Consejo de Cooperación Bibliotecaria (la existencia del cual alabé en este blog) no tienen ningún representante de un consorcio.

En el dominio de la opinión personal, decir que sin datos estamos sometidos a la tiranía de la demagogia como la de aquel político que afirmaba sin rubor que el ritmo de creación de bibliotecas en Cataluña era de unas 1 o 2 a la semana. Sin datos (y con la espada del poder amenazando al disidente), ¿quién le contradeciría?

Comentario final. Las estadísticas mencionadas son del ALA, no del gobierno. La ALA puede hacerlas gracias a la fiable información gubernamental, pero quién las hace es la asociación profesional. Pedir que las nuestra se preocupen de ofrecernos datos no me parecería un despropósito.

dimarts, 5 de gener del 2010

Conèixer millor el que fan els nostres usuaris per poder fer millor la nostra feina

Un professor i vell conegut em retreu (amicalment espero) que els bibliotecaris i les biblioteques ens preocupem poc de com els investigadors investiguen. Pot ser que tingui raó tot que aquest blog s’ha fet ressò diverses vegades d’estudis que explicaven coses del context en el que es mouen els usuaris de les biblioteques, i, concretament, dels investigadors.

El cas és que en el paradigma de la biblioteca moderna, en el que aquesta era el lloc on més informació es podria trobar sobre un tema, podíem oblidar-nos-en de que volia o de com es comportava l’usuari. Era un error però ens el podíem permetre. Ara més que mai, en el paradigma de la biblioteca difusa, ubiqua, i sempre accessible, de cara a fer les biblioteques útils ens cal saber què que agrada i què fan els que usen informació.

Valdria això també per a biblioteques populars (i seria bo tornar a tenir estudis sobre el comportament i desitjos dels lectors com els que havia fet la Xarxa de bp de la Diputació de Bcn), però avui els 2 estudis que comentarem parlen dels comportament dels investigadors.

El 1r, és un estudi l’OCLC que porta per títol "Scholarly Information Practices in the Online Environment: Themes from the Literature and Implications for Library Service Development" i que signen Carole L. Palmer, Lauren C. Teffeau i Carrie M. Pirmann.

És de gener del 2009 i em sap greu no haver-lo vist abans. L’informe revisa les pràctiques dels investigadors respecte la informació en l’entorn actual (d’informació digital) per tal de “identificar direccions fructíferes i establir prioritats per desenvolupar serveis d’informació digital que recolzin i facilitin la recerca”. Dit d’una altra manera: conèixer com investiguen els investigadors per tal de veure com podem ajudar-los des de les biblioteques. Senzill i, en canvi, tant fàcil d’oblidar!

No en faré un resum de l’informe. En diré però que analitza 5 diferents activitats de l’investigador relacionades amb la informació (buscar, recollir, llegir, escriure i col·laborar), les subdivideix, informa dels principals estudis existents respecte cada subdivisió, i suggereix coses que les biblioteques podem fer en cada apartat. És de lectura fàcil i hauria de ser d’utilitat per a qui treballa en biblioteques de recerca (és a dir, universitàries i especialitzades).

En un altre ordre i sense ser una novetat en aquest blog, un altre article de Carol Tenopir (en col·laboració amb Donald W. King, Sheri Edwards i Lei Wu), “Electronic journals and changes in scholarly article seeking and reading patterns”, a: // Aslib Proceedings, 61(2009)1, p. 5 - 32.

Tenopir i King fa anys que observen què i com llegeixen els investigadors per tal d’extreure’n conclusions. En l’article comentat busquen correlacions entre el què es llegeix i: a) l’àmbit temàtic al que pertanyen els investigadors, b) la dedicació major o menor a la recerca o a la docència, c) la productivitat del investigador, d) l’edat, i e) l’objectiu de la lectura.

Algunes correlacions són les que hom esperaria trobar , però a mi no m’han deixat de sorprendre’n algunes. Com per exemple, el comportament molt diferenciat respecte la lectura dels investigadors segons l’àmbit temàtic al que pertanyen, o que el 44,2% dels articles llegits provinguin de la biblioteca (dependència que passa a ser del 58% per als professors més orientats a la recerca que a la docència), o que els professors orientats a la recerca no són pas el que més usen articles OA (un 9,8% respecte el 15,9% dels orientats a la docència), o que, malgrat molts dels articles llegits sigui una font electrònica, la lectura en ella mateixa es continua fent de forma majoritària en paper.

Entre pel·lícula i pel·lícula que vaig a veure amb la meva filla aquestes vacances (El Erizo i Fama són les darreres), i tot provant d’esquivar la mandra nadalenca, descobreixo un altres estudi d’OCLC sobre el tema. La lectura (i, ves a saber, comentari) d’aquest haurà d’esperar, però. Per als impacients, dir que es tracta de: "A Comparative Review of Research Assessment Regimes in Five Countries and the Role of Libraries in the Research Assessment Process".

Promet ser apassionant.